viernes, 27 de noviembre de 2015

Tiempo fuera

Cuando mi hija la mayor llegó a una etapa donde ya entendía la causa y efecto de las cosas, nos vimos enfrentados a un problema común en esto de la paternidad: poner límites y asumir las consecuencias cuando estos no se respetaban.
Con ella la verdad es que no sufrimos la etapa de los terribles dos, pero definitivamente los temibles tres se hicieron presentes y a la triple potencia.
Yo no puedo hablar por mi esposo, pero si por mi y honestamente fue una etapa super frustante para mi, porque como buena madre primeriza NO SABIA COMO ACTUAR.
Cuando algo así pasaba, sólo sentía como la sangre empezaba a calentarse y dentro de mi cabeza gritaba hasta lo que no. Trataba de respirar profundo, pensar y contestar de la forma más coherente que Dios me daba a entender en ese momento. Mi hija la verdad es que no entendía razones y tampoco es como que mi mejor respuesta era “porque lo digo yo” porque se quedaba en blanco igual. Hubo un par de veces en donde las dos terminamos en el piso llorando, ella por que no entendía y yo por que no sabía qué hacer. La pobre le tocó la madlición de la hermana mayor, donde nosotros los padres vamos aprendiendo con ella a prueba y error.

Con la segunda todo es diferente, ella aprende más rápido porque ve a su hermana mayor. De cierta forma, nos conoce un poco más porque todo ya lo tiene adelantado y bueno, digamos que con ella todo vino multiplicado. Con ella si que estamos viviendo los terribles dos y aunque quiero ser positiva, ya veo los temibles tres y los espantosos cuatro y así…y con mi hijo ni se diga su "no" y el típico pie al piso a sus 17 meses ya está aquí.

Cómo te explico la cantidad de artículos que hemos leido, gurus de todo lo de Paternidad Positiva, la super Nanny, Psicólogos Infantiles y demás. Yo no se tu, pero yo a veces me siento muy abrumada con todo lo que leo.
Es muy fácil caer en todo y a veces uno ya ni sabe a qué hacerle caso. En nuestra casa tanto mi marido y yo, hemos crecido en un ambiente “controlado” con dos tipos de crianza muy diferentes pero que de alguna manera resultaron buenas al final jejej. Los dos sabemos estamos de acuerdo en lo que resultó bueno y malo de nuestros padres y tratamos de sacar la mejor versión de eso.

Cuando mis hijas por alguna razón sobrepasan los límites de la casa, no te voy a mentir, usamos el tiempo fuera. Es algo que nosotros creíamos que nos sirve pero no fue fácil comenzar con él. Mi hija la mayor se ponía muy mal cuando la llevábamos al escalón, gritaba y además le daba mucho miedo quedarse ahí por más luz que hubiera en el día. 
El escalón estaba junto a la entrada de la casa y jamás me iba lejos para poder estar ahí supervisándola. El lugar de tiempo fuera se convirtió en algún lugar que estuviera separado de los demás y que pudiera recapacitar en lo que había hecho mal. No me malinterpretes, no la dejábamos ahí las horas, no! un minuto por cada año que tiene y lo mismo con su hermana. Ha pasado a tal asunto que yo puedo ver la frustración y miedo en su cara, la forma en que ella necesita expresarse explota y ha sido ese momento en donde hace un click en mi cabeza, me siento en el piso con ella y comenzamos a hablar de lo que pasó. Todo mi enojo pasa a segundo plano y sólo mi empatía se hace presente. Ella me dice lo que siente y piensa y yo de igual manera. No han sido muchas veces para serte honesta, soy una persona muy emocional y a veces cero racional, pero cuando el momento me da una cachetada y me hace reaccionar, esto es lo que ha pasado.

Ciertamente cuando algo sale mal, en realidad no es que ellos te quieran hacer daño con sus palabras o acciones. Algo que he aprendido es que es su forma de expresar su frustación y pedir tu atención. Nosotros como padres y como humanos, lo tomamos muy personal, pero es algo que con mucho trabajo y esfuerzo e aprendido conforme pasa el tiempo.

Últimamente he leído mucho sobre la crianza positiva. Es algo que cada día me gusta más y que trato de aplicarla cuando puedo. Ciertamente el “tiempo fuera” o cualquier otro tipo de castigo es un remedio instantáneo pero tendrá algún efecto a largo plazo? Honestamente yo creo que lo único que fomenta es el miedo, qué piensas tu? Yo no quiero que mis hijos crezcan con miedo, lo que si quiero es que ellos aprendan que cuando se comportan de una manera inaceptable aprendan a remediarlo, cómo?

Deten y Explica. No corrijas el comportamiento a larga distancia, acércate al niño y explícale lo que está sucediendo.  Trata de usar una voz tranquila y tacto ligero. Yo se que es muy difícil que entiendan cuando son muy pequeños, pero trata de explicar por qué lo que están haciendo no está bien. Simple y claro.

Evita pedir explicaciones de por qué hicieron o dijeron algo. En vez de eso podrías usar alternativas como, Podrías decirme qué tratabas de hacer? O Podrías decirtme qué querías decir? Tal vez muchas veces nos quedemos sin respuesta, al fin y al cabo los niños están experimentando acciones y emociones, así es como ellos aprenden.

Ofrece una alternativa. Esto aplica perfecto cuando están con el dilemma de compartir. Mis hijos (aún la de 5 años) están pasando por esa etapa y siempre pasa que quieren lo que alguien más tiene o no quieren prestarle a alguien más con lo que ellos están jugando y de ahí puede pasar al pleito. En esas circunstancias, podemos ofrecerle a cualquiera de los dos otro juguete, un libro o simplemente retirarlo del lugar. Podemos explicarle que está bien que juegue con el juguete pero que se tienen que tomar turnos para que todos lo puedan aprovechar y bueno, seguramente habrá drama después también pero esta acción se tiene que repetir varias veces para que ellos la puedan comprender.

No utilizar golpes. La violencia física no tiene ningún resultado. Es incoherente darles un golpe y decirles "no se pega" verdad?. Cualquier maltrato infantil está fuera de los límites de crianza. Yo crecí con la generación de "la chancla" y mis padres con la de "la regla" y nada de eso resulta bueno. No queremos fomentar el miedo.

Mi idea y sugerencia es continuar con un área donde ellos puedan ir, tranquilizarse antes de que la situación se vuelva más complicada. Los niños se abruman con todo lo que sienten y en esos momentos la frustación, enojo o tristeza puede manifestarse de una manera que nadie espera (o quiere). Podríamos llamarle la zona de pensar o la zona de meditación, ahí pueden haber varios objetos que les pueden ayudar como libros, cuadernos para colorear, música u objetos sensoriales (como la pelota antiestres). Una vez que ya se hayan tranquilizado, es más fácil hablar con ellos. 
Ojo, esto se lleva tiempo en construir y si en tu casa tus hijos y tu ya están ciclados, es hora de tomar acción. Los gritos sólo son ruido y no se entiende el mensaje. Como cualquier relación, la relación padre-hijo se tiene que alimentar en base al respeto, comunicación, empatía y amor.

Como todas, estoy aprendiendo a ser madre y todos los días son diferentes, algunos buenos y otros no tanto. Te prometo que todos los días respiro y antes de dormir mi último pensamiento es “Mañana lo voy a hacer mejor”; eso no significa que hoy no lo hice, pero todo es un constante aprendizaje, y no todo funciona para todos, cada niño tiene una personalidad y una forma de captar la vida de una forma diferente y la crianza no puede ser igual.
Por lo pronto, yo me voy a un tiempo fuera tan pronto ellos se vayan a dormir J

Melissa


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