Cuando mi hija la
mayor llegó a una etapa donde ya entendía la causa y efecto de las cosas, nos
vimos enfrentados a un problema común en esto de la paternidad: poner límites y
asumir las consecuencias cuando estos no se respetaban.
Con ella la
verdad es que no sufrimos la etapa de los terribles dos, pero definitivamente
los temibles tres se hicieron presentes y a la triple potencia.
Yo no puedo
hablar por mi esposo, pero si por mi y honestamente fue una etapa super
frustante para mi, porque como buena madre primeriza NO SABIA COMO ACTUAR.
Cuando algo así
pasaba, sólo sentía como la sangre empezaba a calentarse y dentro de mi cabeza
gritaba hasta lo que no. Trataba de respirar profundo, pensar y contestar de la
forma más coherente que Dios me daba a entender en ese momento. Mi hija la
verdad es que no entendía razones y tampoco es como que mi mejor respuesta era “porque
lo digo yo” porque se quedaba en blanco igual. Hubo un par de veces en donde
las dos terminamos en el piso llorando, ella por que no entendía y yo por que
no sabía qué hacer. La pobre le tocó la madlición de la hermana mayor, donde
nosotros los padres vamos aprendiendo con ella a prueba y error.
Con la segunda
todo es diferente, ella aprende más rápido porque ve a su hermana mayor. De
cierta forma, nos conoce un poco más porque todo ya lo tiene adelantado y bueno,
digamos que con ella todo vino multiplicado. Con ella si que estamos viviendo
los terribles dos y aunque quiero ser positiva, ya veo los temibles tres y los
espantosos cuatro y así…y con mi hijo ni se diga su "no" y el típico pie al piso a sus 17 meses ya está aquí.
Cómo te explico
la cantidad de artículos que hemos leido, gurus de todo lo de Paternidad
Positiva, la super Nanny, Psicólogos Infantiles y demás. Yo no se tu, pero yo a
veces me siento muy abrumada con todo lo que leo.
Es muy fácil caer
en todo y a veces uno ya ni sabe a qué hacerle caso. En nuestra casa tanto mi
marido y yo, hemos crecido en un ambiente “controlado” con dos tipos de crianza
muy diferentes pero que de alguna manera resultaron buenas al final jejej. Los
dos sabemos estamos de acuerdo en lo que resultó bueno y malo de nuestros padres y tratamos de sacar la
mejor versión de eso.
Cuando mis hijas
por alguna razón sobrepasan los límites de la casa, no te voy a mentir, usamos
el tiempo fuera. Es algo que nosotros creíamos que nos sirve pero no fue fácil comenzar con él. Mi hija
la mayor se ponía muy mal cuando la llevábamos al escalón, gritaba y además le
daba mucho miedo quedarse ahí por más luz que hubiera en el día.
El escalón
estaba junto a la entrada de la casa y jamás me iba lejos para poder estar ahí
supervisándola. El lugar de tiempo fuera se convirtió en algún lugar que
estuviera separado de los demás y que pudiera recapacitar en lo que había hecho
mal. No me malinterpretes, no la dejábamos ahí las horas, no! un minuto por cada
año que tiene y lo mismo con su hermana. Ha pasado a tal asunto que yo puedo ver la frustración y
miedo en su cara, la forma en que ella necesita expresarse explota y ha sido
ese momento en donde hace un click en mi cabeza, me siento en el piso con ella
y comenzamos a hablar de lo que pasó. Todo mi enojo pasa a segundo plano y sólo
mi empatía se hace presente. Ella me dice lo que siente y piensa y yo de igual
manera. No han sido muchas veces para serte honesta, soy una persona muy
emocional y a veces cero racional, pero cuando el momento me da una cachetada y
me hace reaccionar, esto es lo que ha pasado.
Ciertamente
cuando algo sale mal, en realidad no es que ellos te quieran hacer daño con sus
palabras o acciones. Algo que he aprendido es que es su forma de expresar su frustación
y pedir tu atención. Nosotros como padres y como humanos, lo tomamos muy
personal, pero es algo que con mucho trabajo y esfuerzo e aprendido conforme
pasa el tiempo.
Últimamente he
leído mucho sobre la crianza positiva. Es algo que cada día me gusta más y que
trato de aplicarla cuando puedo. Ciertamente el “tiempo fuera” o cualquier otro
tipo de castigo es un remedio instantáneo pero tendrá algún efecto a largo
plazo? Honestamente yo creo que lo único que fomenta es el miedo, qué piensas
tu? Yo no quiero que mis hijos crezcan con miedo, lo que si quiero es que ellos
aprendan que cuando se comportan de una manera inaceptable aprendan a
remediarlo, cómo?
Deten y Explica. No corrijas el comportamiento a larga distancia,
acércate al niño y explícale lo que está sucediendo. Trata de usar una voz tranquila y tacto
ligero. Yo se que es muy difícil que entiendan cuando son muy pequeños, pero
trata de explicar por qué lo que están haciendo no está bien. Simple y claro.
Evita pedir explicaciones de por qué hicieron o
dijeron algo. En vez de
eso podrías usar alternativas como, Podrías decirme qué tratabas de hacer? O Podrías
decirtme qué querías decir? Tal vez muchas veces nos quedemos sin respuesta, al
fin y al cabo los niños están experimentando acciones y emociones, así es como
ellos aprenden.
Ofrece una alternativa. Esto aplica perfecto
cuando están con el dilemma de compartir. Mis hijos (aún la de 5 años) están
pasando por esa etapa y siempre pasa que quieren lo que alguien más tiene o no
quieren prestarle a alguien más con lo que ellos están jugando y de ahí puede
pasar al pleito. En esas circunstancias, podemos ofrecerle a cualquiera de los
dos otro juguete, un libro o simplemente retirarlo del lugar. Podemos
explicarle que está bien que juegue con el juguete pero que se tienen que tomar
turnos para que todos lo puedan aprovechar y bueno, seguramente habrá drama
después también pero esta acción se tiene que repetir varias veces para que
ellos la puedan comprender.
No utilizar golpes. La violencia física no tiene ningún resultado. Es incoherente darles un golpe y decirles "no se pega" verdad?. Cualquier maltrato infantil está fuera de los límites de crianza. Yo crecí con la generación de "la chancla" y mis padres con la de "la regla" y nada de eso resulta bueno. No queremos fomentar el miedo.
Mi
idea y sugerencia es continuar con un área donde ellos puedan ir,
tranquilizarse antes de que la situación se vuelva más complicada. Los niños se
abruman con todo lo que sienten y en esos momentos la frustación, enojo o
tristeza puede manifestarse de una manera que nadie espera (o quiere). Podríamos llamarle
la zona de pensar o la zona de meditación,
ahí pueden haber varios objetos que les pueden ayudar como libros, cuadernos
para colorear, música u objetos sensoriales (como la pelota antiestres). Una vez que ya se hayan tranquilizado, es más fácil hablar con ellos.
Ojo, esto se lleva tiempo en construir y si en tu casa tus hijos y tu ya están ciclados, es hora de tomar acción. Los gritos sólo son ruido y no se entiende el mensaje. Como cualquier relación, la relación padre-hijo se tiene que alimentar en base al respeto, comunicación, empatía y amor.
Como
todas, estoy aprendiendo a ser madre y todos los días son diferentes, algunos buenos
y otros no tanto. Te prometo que todos los días respiro y antes de dormir mi último
pensamiento es “Mañana lo voy a hacer mejor”; eso no significa que hoy no lo
hice, pero todo es un constante aprendizaje, y no todo funciona para todos,
cada niño tiene una personalidad y una forma de captar la vida de una forma
diferente y la crianza no puede ser igual.
Por
lo pronto, yo me voy a un tiempo fuera tan pronto ellos se vayan a dormir J
Melissa
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