El fin de semana pasado mi hija la mayor y
yo fuimos a una fiesta de una compañerita de su salón; dicha fiesta había sido
agendada con más de un mes de anticipación y desde entonces ya teníamos el
regalo también.
La mayoría de las fiestas a las que he ido,
han sido de los hijos de mis amigas, vamos los 5 y siempre hay con quién
platicar, pero ahora al parecer voy a iniciar otra aventura y es la de ir a las
fiestas de los compañeros de mis hijas en donde vamos sólo ella y yo y…NO
conozco a nadie.
Recuerdo cuando yo era pequeña, ver a mi mamá
que platicaba con las demás mamás cuando nos llevaba a una fiesta, pero lo que
yo creo y que es lo que realmente sucedía es que esas “pláticas” en realidad
era cuando llegábamos, mi mamá saludaba a todas las que estaban ahí -tal vez la
presentaban por pura formalidad- y yo en ese momento desaparecía, por eso es lo
único que recuerdo.
Ahora me pasó a mi. Llegar a una fiesta en
donde no conoces a nadie es realmente una mini pesadilla!!, me puso de nervios
y no había empezado cuando ya quería que se terminara.
Antes cuando mis hijas eran bebés, bueno al
menos estaba con ellas y nunca falta la que se acercaba a preguntarte cuánto
tiempo tiene tu bebé y excusa perfecta para romper el hielo. Ahora, llegamos y
tus hijos se desaparecen, como aún no son tan grandes para dejarlos, irte y
después recogerlos, te tienes que quedar ahí.
Llegas, saludas, obligas a tu hij@ a que
salude a la mamá de la festejada, buscas la mesa de regalos y lo dejas ahí (y
que nadie lo vea porque tardaste horas en envolverlo con tus hijos encima). En
fin, analizas el salón, ves lo que hay e invitas a tu hija a que vaya a jugar
con los que conoces (los cuales sigues cambiándoles el nombre ups), eso sino es
que ella ya se desapareció después de saludar.
Buscas un lugar que no esté tan lejos de la
sociedad pero tampoco que sea el centro de atención. Haces como que estás al
pendiente de tu hija y bueno, nunca falta alguna ocasión que venga contigo para
darte algo o pedirte otra cosa. En eso solo han pasado 5 min y la fiesta es de
dos horas.
Te quedas observando a los invitados que
van llegando,”ah, a ella la conozco! Cómo se llama? Cómo se llama?” ok,
omitamos nombres, se acerca, te sonrie y le devuelves la sonrisa, ya que
terminó con el mismo ritual que tu hiciste antes, ahora si se anima a platicar.
Si el clima está terrible, eso es excelente para romper hielo también “que
pésimo clima!” “si caray, si estaba despejado hace unas horas!” uff!
Bueno vas a buscar una silla, acomodas
todas tus cosas haciéndote la muy ocupada, ya te sientas y empieza la tentación
de sacar el teléfono para chismear (cotillar para mis amigas las españolas);
aaaahhh pero no quiero verme tan antisocial!!!! Bueno me vuelvo a parar y voy por
algo de tomar, mmmmmm una fiesta no es como que el mejor lugar cuando estás a dieta,
galletas, refrescos, papitas, todo. Ah si!! me topo con esta otra mamá que veo
siempre de camino a la escuela, es hora de platicar pues.
Ok, buena plática, ahora si ya le pongo
cara a uno de los nombres de los que me platica mi hija, lo malo es que ahora
nos invitaron a otra fiesta!! Pero lo bueno es que es de una niña y es más
fácil atinarle a los gustos, pero qué tal cuando es una fiesta de niño? La verdad
es que sufro! Antes un lego te sacaba de apuros, pero ahora hay lego de todos y
para todas las edades, me abruma cada vez que tengo que ir a la juguetería a
comprar regalos. Tengo que ver más la television, seguro de ahí saco más ideas.
Primer drama de la fiesta, hay 30 niños y
sólo hay 3 carritos, mi hija viene y me dice que quiere jugar con uno pero como
no se los puedo quitar a los niños y estos aún están en la etapa de aprender a
compartir, le ofrezco mejor ir a jugar con ella. Ok estamos en el trampoline,
no es tan malo como pensaba aunque tengo que seguir apretando el piso pélvico
por que aún no me recupero de los partos (sabía que tenía que hacer los
ejercicios!!), saltamos por aquí, saltamos por allá y que nos aventamos por el tobogán
yeeeeei! Seguro alguna mamá se me quedo viendo como…y esta loca qué?! O de pura
envidia, allá ellas.
Pero bueno, ya llegó la hora de la merienda y me salvó la campana. Te aplicas rápido por que
obviamente todas las niñas van a querer sentarse a lado de la cumplañera,
sorpresivamente tu hija está super animada jugando en el inflable que ni se
percata de que ya los están llamando.
Ya, le encuentras lugar en una esquina y
empieza la ronda de los platos, bebidas, mamás cruzándose para tomar una cosa y
la otra y por fin alcanzas unos triángulos de sandwich, unas uvas, zanahorias,
un poco de frituras e interceptas el jugo de naranja (así es señoras… aquí
donde vivo todo este asunto de las meriendas es muy nutritivo y a veces
aburrido). Y ahí nos quedamos las mamás, esperando a que los niños terminen su
merienda; todas lanzando una que otra sonrisa, no faltan las que están juntas
desde que comenzó la fiesta y siguen platique y platique y sus hijos siguen
esperando que les rellenen el plato.
Muy bien, vamos a cantar Feliz Cumpleaños,
espera, no hay nada con qué encender las velas! Típico
Ok, últimos minutos para que los hijos se
vayan a correr y terminar de cansarse. Ahora si puedo ver la cara de la mamá de
la festejada, un poco más relajada porque todo el evento está por terminar y
digo un poco más relajada porque aún tiene que repartir los regalitos de
agradecimiento -recuerdo en la última fiesta de mis hijas, esto fue todo una
odisea, los niños empezaron a coger los regalitos sin que yo les diera permiso,
niños con los juguetes de las niñas y viceversa, todo fuera de control y yo
sentía que se me reventaba la vena- pero esta mamá fue muy lista y le puso el
nombre de cada invitado a todos los regalos, bien hecho!
Listo, creo que es hora de irnos; mi hija no entiende la indirecta de que el salón se ve cada vez más vacío. Ella trata de perseguir a la festejada para despedirse y se le olvida que ya nos íbamos, mientras yo, me despido de la madre y quedamos de ir por un café alguna día de estos.
Fantástico sobreviví!!!!!!! Yo creo que
poco a poco esto se irá sintiendo más normal y sino, siempre sere la mamá que
estuvo saltando en los inflables y comiéndose una que otra galleta de la mesa
de los bocadillos. Por lo pronto nos vamos a casa con una hija felizmente cansada, una
bolsa llega de golosinas para compartir con los hermanos (regla de la casa) y un coche con globos volando por dentro.
Jiji es parecido como acá, pero en Alemania por lo menos en hannover si se permiten comer chucherías en las fiestas, menos mal... Y a partir de los 3 dejas a tu hijo(si es que se quiere quedar solo y te vas... Súper practico para hacer diligencias! ) menos mal que sobreviviste y tuviste contacto con las otras mamis!!! Saludos!!! vives también en Europa? O en usa?
ResponderBorrarHola Ayme. Si se pueden comer chucherías pero la vdd es que las madres aquí a veces se pasan de nutritivas.
ResponderBorrarYo vivo en Inglaterra desde hace 6 años pero antes viví en Bavaria :)
saludos!