viernes, 28 de agosto de 2015

Teeeeeeeedyyyyy!!!




Practicamente desde que nacieron mis hijas, han estado muy apegadas a sus animalitos afelpados.
Cosita No.1 tiene un Teddy rosa y No.2 Tiene un conejito blanco que nosotros le llamamos Bunny –que creativos todos- pero que ella por su hermana le llama Teddy también.
Son parte de la familia y si no están al alcance durante momentos críticos –digamos, cuando tienen sueño y ellas no se aguantan ni solas, a la hora de dormir, cuando tienen miedo,etc- nuestra sanidad mental está en juicio.

Antes de convertirme en madre, este apego no lo entendía para nada; para mi la solución perfecta era que si los padres de la criatura no lo encontraban, esta entendería que se buscó, no se encontró y ya aparecerá o encontrará otro con que reemplazarlo…ERROR!!!! Melissa ilusa…
En fin, hace un par de días leí en un artículo de una mamá bloggera como yo, que ella sentía que su hija la había reemplazado con un muñeco afelpado y yo me quedé….bueno para qué te cuento que a mi me cayó una cubeta con agua helada! Y qué tal si a mi también? A Cosita no.1 por poco más de dos años le toco toda mi atención, mimos, clases y demás. Ciertamente como te lo comenté en algún otro post, varias veces me fui por los consejos “negativos” de no cargarla tanto para que no se embracilara y demás, pero no creo que eso fuera un detonante para que ella buscara en otra parte más amor. Con cosita no.2 pues…al principio yo creo que se lo impusimos por que Bunny estaba todo suavecito y bueno…la mayor lo tenía y pues las dos ahí bien tiernas con sus peluches, la de en medio a la cuál destronaron de ser la bebé bien pequeña…que ahora no hay poder humano que se lo quite! Cuando se pega, le llamamos la atención, está aburrida o simplemente por que si, lo llama a gritos.

Entonces me metí a investigar qué demonios podíamos hacer porque el que los tengan aparte de ser estresante cuando no los encontramos, conlleva a una eternal discusión de que si los pueden llevar con ellas fuera de la casa y también que se chupen sus deditos.

Aprendí que a veces los niños de entre 6 meses a 1 año empiezan a experimentar el proceso de dependencia a independencia y con ello el estado de ansiedad al momento de la separación de sus padres. Para eso muchos recurren a algún   objeto trancicional o de seguridad; puede ser un peluche, una mantita, un trapo o a veces cosas inusuales como el cordón con el que se amarra la bata de baño.
Es suavecito, huele a ellos y les recuerda su estado de confort y por lo tanto al hogar. Les hacen sentir que todo va a estar bien y dentro de su pequeña cabecita llena de imaginación, ellos son sus amigos y fieles compañeros.
Aprendí también que no es malo que lo tengan! Yo de loca llegué a pensar que era por que no satisfacía su necesidad de amor jeje pero en realidad es todo lo contrario; George Askews Pediatra del Hospital Zero to Three en Washington menciona que “un niño que busca confort en un objeto de seguridad, es aquel que su necedidad de atención y amor ha sido complacida constantemente por sus padres”

En fin, hay alguna serie de recomendaciones por si tus hijos se ven en esta situación:

Escoge juguetes u objetos que sean seguros, no vaya a ser que tengan accesorios que se les caigan y que luego los curiosos se los lleven a la boca y suceda una fatalidad

Busca un doble de ser posible. Cámbialo de vez en cuando para que no se quede nuevo nuevo. A veces a algunos niños lo que les gusta es el olor y la textura del objeto.

Define límites. En dónde si y en dónde no puede tener al objeto. En el caso de mis hijas, NO PUEDEN salir de la casa con ellos. En teoría solo es para dormir, pero hemos batallado mucho para que no los saquen de su cuarto. Cuando viajamos largas distancias me los llevo por si acaso el asunto se pone complicado y necesito calmarlas y arrullarlas.

No te preocupes. Aunque yo aún no domino esto, y me parece que mientras más grandes son más se apegan a sus muñecos, para cuando llegan a los 4-5 años, los niños tienen tantos compromisos sociales que poco a poco van dejando a un lado su apego a un objeto. También la presión social de que los vean con un juguete o chupándose los dedos los orillarán a dejarlo, ellos imitan lo que los demás hacen y si los demás no traen a sus muñecos, ellos tampoco.


Recuerda, no hay mal que dure cien años y esta etapa terminará en menos de lo que nos damos cuenta, la verdad es que va de la mano con su crecimiento. No forces a tu hij@ a dejarlo, eso l@ estresará más y será más difícil dejarlo, mejor que lo deje cuando ya esté list@. Yo se que esos amiguitos las hace sentir mejor y mi intensión no es quitarles esa tranquilidad, sólo trataremos de tener cuidado para que la transición sea lo más sutil posible.


M.

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miércoles, 12 de agosto de 2015

La palabra que jamás querremos oir






El otro día y como todos los días estaba un poco apurada para salir a tiempo, vístete tu, viste a los dos más pequeños y déjale la ropa a la mayor para que se vista, bájate a preparar el desayuno, apura a la mayor, dale de comer al pequeño, apura otra vez a la mayor, recoge los platos y lo que ya no se esté usando, vuelve a apurar a la mayor y….sólo escucho un TE ODIO!
Al principio pensé  “Habré escuchado bien?” tal vez no y continué con lo que estaba haciendo; al ver que ella seguía sin bajar ya tuve que ir a buscarla y me la encontré en las escaleras sentada.

Para mi mala suerte, al ver su cara comprobé que si había dicho tal cosa. De esas veces que sientes que te dan una puñalada y no te das cuenta. Su cara decía mas que mil palabras y aunque traté de no hacer ninguna expression, dentro de mi iba invadiendo un poquitin de tristesa y preocupación, si eso me decía a los 4 años…qué va a decirme cuando sea una adolescente “incomprendida”? Digo la verdad es que es una forma de expresar una frustación y estoy segura que en algún momento yo también se las dije a mis padres y aunque si estaba molesta, obviamente no los odiaba.

Me senté con ella y le pregunté que si sabía lo que significaba esa palabra, a lo cual ella obviamente contestó que no -claro! Tiene 4 años la niña y jamás la hemos dicho en la casa!! Ni con las mentadas arañas que tanto abborezco- en fin, le expliqué que es un sentimiento feo, puesto que cuando odias a una persona, no la quieres, no juegas con ella, no compartes las cosas con ella, no la quieres ver y en pocas palabras no la quieres en tu vida, así te sientes conmigo mi amor? –le pregunte. Por su expresión de sopresa, supuse que se dió cuenta que había metido la pata, pero mi cabezona es muy orgullosa y sólo contentó que no, que me la había dicho porque yo no la dejaba hacer sus cosas y que solo la estaba apurando; nos dimos un abrazo y bajó a desayunar.

Dias después estaba jugando con más personas y volví a escuchar que lo decía otra vez, pero esta vez con un tono de voz más de juego y ahí me di cuenta de dónde lo aprendió.
Si bien, es inevitable que nuestros hijos aprendan de todo y de todos en su vida, ciertamente esta expresión negativa me dejó un amargo sabor de boca porque, aunque ella no estaba consiente de la magnitud de la palabra, estaba molesta y muy consiente lo quiso expresar con algo que sabe ella que no es bueno (aunque no sepa qué tanto). Varias veces me ha dicho que ya no quiere ser mi amiga y que ya no va a jugar conmigo – lo cual se me hacen expresiones mucho más aceptables para su edad- pero lo importante para mi son tres cosas:

Cómo explicarles los sentimientos negativos y el alcance de ellos?

Es importante saber que son palabras que aunque lastiman, en realidad no las dicen de verdad. Es un llamado de atención para que los voltees “a ver” y una vez que reaccionas negativamente a estos, ellos (tan inteligentes) sabrán que a la próxima que lo digan tu actuarás a ellos.
Algunas de las cosas que ellos te están tratando de decir con esas palabras son:

“No entiendes realmente lo que necesito ahorita”
“ No me estás escuchando”
“Estas totalmente desconectada”
“Me siento lastimada”
“Tengo muchos sentimientos y no se cómo explicarlos”
“Desearía que fueras más empática”
“Lo que tu quieres y lo que yo necesito no están en sintonía”

Cómo canalizar cuando tus hijos estén molestos con algo?

La vida no siempre es de color de rosa y es importante que los niños sepan que se vale también sentirnos tristes y enojados.
Para empezar es básico explicarles cómo te hace sentir cuando te dice esas palabras, pero sobretodo cómo ayudarlos a que ya no se sientan mal. Al final del día lo que ellos buscan es sensibilidad, compasion, empatía y amor.
Yo creo que lo principal es  dejarlos solos para que se calmen un poco, darles su espacio pero que sepan que estás ahí. 
Ya una vez que esté calmado pueden platicar del tema, te sorprenderás cuando descubras que hay otras cosas que son lo que realmente le molesta al niño y no por lo que inicialmente empezaron a discutir.  
A mi me han servido estas frases que alguna vez leí en un artículo de Positive Parenting:
“Se que mis palabras pudieron herirte pero…”
“Entiendo que puedes estar molesto/herido”
“Ok, entiendo que lo que decidí no te haya gustado”
“Estoy aquí para cuando quieras platicar”


Cómo enseñarles lo positivo y negativo de las cosas que escuchan de los demás?

Los niños poco a poco van descubriendo sus sentimientos y cómo manejarlos. La verdad es que yo creo que lo único que está en nuestras manos es enseñarles los valores que se viven en casa. Enseñarles a hablar de sus sentimientos, tanto buenos como malos y lo más importante, enseñarles con el ejemplo.

Es más fácil decir a hacer y no te voy a mentir, muchas veces pierdo el control. Mis hijas están pasando por un etapa donde todavía hacen berrinches y aunque no sepan qué es lo que los demás están haciendo, ahí van como borregas a hacer lo mismo. Me desespero, tengo muy poca paciencia y al final muchas veces recurro a la amenaza, en vez de tomarme el tiempo y sentarme con ellas a hacer o explicarle las cosas. Hasta he llegado a pensar que tengo dos mini Melissas, una de cada lado, una me dice “Yaaaaa olvidalo, traelas a la fuerza, callalas, etc” y la otra me centra, me da dos cachetadas y me dice “a ver...si tu fueras una niña, cómo te gustaría que te hablaran y te trataran?”

Yo también me enojo –y mucho más de lo que me gustaría- mis hijas lo ven en mi cara y en mi tono de voz y es algo en lo que trabajo todos los días. Es importante que ellos sepan que nosotros también nos sentimos contentos o tristes, pero que si lo platicamos y nos tomamos un momento para sacarlo de nuestro sistema, las cosas se ven mejor (ojo, no desquitándonos en alguien más)

Espero que te sirva mi experiencia y todo lo demás que escribo. Al final del día, nosotras nos debemos de mantener cerca para tener un hombro emmpático en donde desahogarnos.

M.




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miércoles, 5 de agosto de 2015

Pizza con base de coliflor




Hola!

Navegando por el internet, buscando en libros para niños, preguntando y demás para nuevas ideas para alimentar a mis hijos, di con varias recetas super creativas para prepararles, sobretodo para meterles de contrabando las verduras que muchas veces hacen a un lado y que nosotras insistimos tanto en que se coman. Me emocioné mucho jajaja, lástima que tengo tan poco tiempo para prepararlas y además mis hijos como que a veces no son taaaan abiertos para probar diferentes cosas, pero seguimos en el intento.

Esta vez me llamo mucho la atención la pizza con base de coliflor, si así como la lees, en vez de masa de pan masa de coliflor. Para serte honesta, mis hijos no fueron muy fans de esa invención, de hecho cosita no.1 me dijo "mamá no me gustó el pan" ("cómetelo mi amor revuelto con todo lo demás" y seguido de un tic en el ojo) pero qué tal mi amiga, su hijo y yo? Si le entramos bien y bonito por que en verdad esta receta esta riquísima. Tardó más tiempo en hornearse que en preparase y al igual que una pizza tradicional, la puedes preparar con los toppings que quieras.

Te comparto la receta que a mi me convino más por la cuestión de cosas que tenía en el refrigerador, espero te guste.

M.

INGREDIENTES

½ cabeza de coliflor
1 huevo
1 cucharada de especias italianas (albahaca, oregano, perejil, etc)
½ taza de queso parmesano
Sal y pimienta al gusto
Salsa de tomate para pizza
Queso mozzarella
Toppins al gusto (salami, aceitunas, champiñones, etc)

PREPARACION

  1. En un procesador de alimentos vas a moler en secciones la coliflor hasta que quede una consistencia como de migaja de pan.
  2. Una vez la coliflor molida, vas a mezclarla en un bowl aparte con el huevo, parmesano, las especias, sal y pimienta.
  3. En una charola con papel encerado y un cucharon vas a poner bolitas de manera que todas tengan la misma cantidad y queden bien separadas.
  4. Las aplastas hasta que queden como una tortilla de ½ cm aprox.
  5. Se hornean a 180 por 30min o hasta que la orilla se vea crispy.
  6. Se agrega la salsa de tomate, quesos y toppings y se hornea por 5-10 min más.
  7. Disfruta!





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