miércoles, 3 de diciembre de 2014

Dar o no dar...esa es la cuestión.

Yo como muchas mamás cuando recién me embaracé, una de mis principales ilusiones era el poder amamantar a mis hijos.
Leí un sinfín de artículos y sólo esperaba el momento para poder hacerlo. Si bien, sabía que no iba a ser fácil y que tal vez podría ser doloroso al principio pero en mi mente siempre estuvo la decisión de hacerlo y "sufrir" un poco.

Mi experiencia no es muy diferente a la de muchas mamás pero lo que me he encontrado a lo largo del camino con tres hijos es que no todas están listas para hablar sobre el tema y menos cuando no ha sido tan color de rosa como se los han pintado.


Yo no pude alimentar a mis hijos como me hubiese gustado. 

Cuando era más joven por cuestiones de salud y estética me sometí a una reducción de senos. A pesar de que me aseguré con los doctores de que no afectara en la producción de leche y demás, estoy segura de que algo pudo haber afectado. También me he convencido de que a veces la anatomía simplemente no coopera y la producción es nula o no basta (como fue el caso de mi mamá y mi abuela)

Siendo madre por primera vez en un país donde fomentan la cultura de la lactancia materna y teniendo esa limitación me afecto mucho emocionalmente. Asistí a grupos de ayuda, tuve consultores, me sacaba leche con maquinas profesionales de hospital, tomé remedios naturistas y todos los remedios caseros que pudieron recomendarme (no se como no engorde con tantas cosas!) todos acordaban que lo que estaba haciendo era lo correcto pero al final del día yo seguía sin satisfacer a mis hijos, sangrando adolorída  

con el remordimiento moral de recurrir a la fórmula y con la idea de que era juzgada por todas las mamás.

Ahora que estoy reduciendo mi tiempo de amamantar a mi último hijo es cuando estoy más que convencida de que la lactancia materna es la forma ideal de aportar al ser humano los nutrientes que necesita para un crecimiento y desarrollo saludable sin embargo  no es lo único para alimentarlo.


Se que este tema es muy sensible y delicado y puede causar controversia; lo único que quisiera crear con esto es un poco de sensibilidad para aquellas mujeres que por una u otra razón no amamantan o amamantaron a sus hijos. No es razón para juzgar, cada una tiene sus razones y todas son validas. No por eso somos mejores o peores madres y ya habrá otra cosa con la hagamos el famoso "bonding" con nuestros hijos. 

Hoy en día la fórmula es muy buena alternativa y aunque no reemplaza puede ofrecer la seguridad de que las necesidades nutricionales del bebe serán colmadas. Ciertamente no transmiten las sustancias inmunológicas ni las hormonas que promueven el desarrollo del niño sin embargo, puede complementar la lactancia materna y agregar el volumen de satisfacción alimenticia como fue el caso de mis hijos. Yo desde el principio alimente con las dos, yo aportaba los nutrientes y anticuerpos y la leche de fórmula los satisfacía.
Hay un montón de mitos y todas te van a contar "como les fue en la feria", sin embargo cada historia es única y debemos de aprender a ser más empaticas. 


Son muchas las instituciones y organizaciones que promueven y fomentan la lactancia materna exclusiva. He leído todo de ellas, pero también investigando más sobre el tema leí varios estudios sobre sus desventajas. Por ejemplo uno de ellos han demostrado que las mujeres que deciden no amamantar son propensas a sufrir de depresión. 

La Dr. Ellie Cannon (autora del libro Keep Calm: The New Mum's Manual) dice que "el hecho de hacer ver a la fórmula como mala opción no ayuda a las madres que amamantan sino que victimiza a las que no pueden". Aún más, estudios de la universidad de Harvard encontraron que en ciertos casos la leche de fórmula puede ser mejor que la materna, debido a que algunas madres se estresan por diferentes factores involucrados en la lactancia materna y producen de más la hormona cortisol que conlleva a que el bebe este mas ansioso y difícil de calmar.

Son tantas cosas que llegan a abrumarte y yo al menos no se si algún día superaré este tema, pero aquí algunos puntos que pueden ser de mucha ayuda.


1. No compares.

2. Escucha los consejos que te den y sigue los que creas que sean mejor para ti.
3. Si decides dar fórmula, trata que el ambiente cuando alimentes a tu hij@ sea de paz y tranquilidad. Abrazal@ a tu cuerpo y si te sientes cómoda, aplica el piel a piel para hacerlo mas intimo.
4. Speak up: Habla sobre el tema, desahógate y no lo hagas un tabú. Hay tantas mujeres que pasan por lo mismo y se sienten encerradas en su problema. No eres la única y no estás sola.
5. Sea la opción que tomes para alimentar a tus hijos, infórmate de los pros y contras de los dos.





Te comparto algunos links de interés.

Basta con la guerra entre las mamás. Ama más y juzga menos.
La liga de la leche internacional
Fearless formula federes
Lactancia materna vs Lactancia artificial
Conoce las diferencias
Pediadtrics magazine article



M.


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